Si has sido uno de los que han podido hacer vacaciones. Si has podido cambiar de costumbres, horarios, volver a disfrutar del gusto por la compañía de otros, familia o viejos amigos, reencontrarte con los paisajes y olores de tu memoria o descubrir otros por primera vez y sobre todo, si has podido liberarte de dar vueltas en la cabeza, una y otra vez, al mismo tema y de lo que te espera después de las vacaciones, ¡felicidades!

Pero la reincorporación al trabajo, tanto tuya como de tus empleados, puede sufrir el llamado síndrome postvacacional, conocido también como estrés o depresión postvacacional.
Cerca de un 35% de la población ha sentido alguna vez durante unos 10 o 15 días, un conjunto de síntomas que se manifiestan cuando nos incorporamos a nuestras obligaciones, ya sean laborales, familiares o de estudio, tras un periodo de vacaciones: miedo, cansancio, apatía, falta de concentración, somnolencia, e irritación.

Como no tenemos más remedio que volver al trabajo, y por si acaso, aquí van algunas recomendaciones.

1º. Aborda tus actividades laborales progresivamente. Dedica un tiempo a analizar qué tareas tienes que hacer, prioriza las más importantes y urgentes y comienza por las más sencillas y placenteras.

2º. Organiza tu tiempo y diviértete. Del mismo modo que empleas un tiempo al día a trabajar, asegúrate de dedicar un tiempo también para ti mismo y las cosas que te gustan. Respeta las horas de trabajo y las de sueño. Márcate un horario y dentro de la flexibilidad propia del empresario y ¡cúmplelo!

3º. Modera el consumo de alcohol y cafeína. El alcohol es un depresor del sistema nervioso central. Reduce tu ingesta de estas sustancias para evitar males mayores.

4º. Haz deporte. Además de ayudarnos a liberar endorfinas, unas pequeñas proteínas responsables de hacernos sentir felices, optimistas y relajados, el deporte hace posible que nuestra mente se libere del estrés al concentrarse en la ejecución del ejercicio físico.
Sal a la calle a dar un paseo, dedícate a una actividad que te guste o escucha tu canción favorita: lo que sea con tal de cortar esa cascada de pensamientos que no te llevan a ninguna parte.

5º. Fíjate en lo positivo. No le des más importancia a cada situación y problemática de la que tiene.
A lo largo del día también nos pasan cosas buenas. Unas palabras amables, unas risas a la hora del café, una llamada telefónica de alguien que se preocupa por nosotros… Agradecer esos pequeños detalles nos conecta con nuestra parte más humana y nos ayuda a tomar conciencia de todo lo bueno que nos rodea.
No dejes de dedicar una sonrisa o un simple “gracias” a esas personas que hacen del mundo un lugar mejor.